Sunday, June 28, 2015

Creas o no creas...

  1. Dios es El que Es, no lo que tú digas que es según tus apreciaciones.
  2. Dios es El que Es, no lo que tú quieres que sea.
  3. Dios es infinitamente recto, no como a ti te gustaría que fuera.
  4. El error más grave del ser humano con respecto a Dios es querer reducirlo a la medida personal de uno. Dios no es un traje que se compra pret a porter.
  5. Si Dios fuera tan simple como nuestra mente está capacitada para entenderlo según las humanas limitaciones del más inteligente de los humanos, no sería Dios.
  6. La fe es una experiencia intransferible. Para los creyentes es un don de Dios.
  7. Por mucho que la fe lo sea, Dios no es una cuestión subjetiva. Si lo fuera, sería demasiado reducido para ser Dios.
  8. Es inútil que intentes juzgar las decisiones de Dios. Si pudieras entenderlas en su totalidad, cabrían en la comprensión de tu limitada mente y él no podría ser lo suficientemente grande como para ser Dios.
  9. El concepto de contraposición y gradación entre bien y mal innatamente implantado en la mente humana que conlleva la necesidad de construir una moral y unas normas éticas, es una prueba de que no todo lo existente puede ser objeto del método científico.
  10. Que no todo se pueda sujetar a la ciencia es una prueba de que existen realidades más allá del universo físico. De que no podemos desestimar la existencia de Dios.
  11. Si te llega el entendimiento para comprender completamente las decisiones de un dios, desconfía de su grandeza. Si desconfías de su grandeza, eso que tú entiendes por un dios no es Dios.
  12. Para el creyente, la definición de Dios le basta enunciarla como Presencia, Bien, Bondad, Verdad e Inocencia totales. Nuestra cultura occidental declara que no hay que demostrar estas cualidades, que con creer en ellas basta.
  13. Para el creyente, lo contrario a Dios implica Ausencia, Mal, Maldad, Mentira y Culpabilidad totales. Nuestra cultura occidental declara que la carga de la prueba corresponde a quien tiene que demostrar esto.
  14. La existencia del Mal no prueba la inexistencia del Bien, sólo su ausencia.
  15. Para el creyente, el Mal no existe: es sólo un lugar vacío que hay que llenar con Bien. Donde no hay Dios, hay que llenarlo de Dios.
  16. La fe consiste en creer sin pruebas, pero no contra las pruebas.
  17. Ningún creyente como tal afirma que Dios se sujete o no a lo científico. Si alguien cree que debe ser así, debe probarlo.
  18. El creyente es tal porque tiene fe. Si puede demostrar que Dios existe, mejor, porque esto facilitará su esfuerzo para persuadir a los demás de unirse a él; pero si no puede, personalmente le da igual, que para eso es creyente.
  19. El que dice ser creyente en la ciencia, miente. En la ciencia no se cree, sino que se adhiere uno a lo evidente.
  20. La ciencia no es fe. Por eso es sofisma decir que se puede creer como científico en algo en lo que uno no cree en su religión.
  21. La fe no es científica. Por eso uno puede creer en su religión en algo en lo que, como científico, no se puede plantear creerlo.
  22. Cuando uno tiene fe, intenta convencer. Cuando uno es científico, intenta demostrar.
  23. Cuando alguien dice que es creyente e intenta demostrar, puede ser que esté discutiendo con un científico. Pero cuando alguien rehúye la demostración intentando convencer y dice que es científico, miente.
  24. Al creyente se le derrotaría demostrándole inequívocamente que Dios no existe, no simplemente intentando convencerle de que lo que él, en su fe, cree ser pruebas de la existencia de Dios, no lo sean.
  25. Uno puede pasar sin dejar huellas. La ausencia de huella no implica la ausencia de paso. La ausencia de pruebas no prueba la ausencia de nada más que de ellas mismas.
  26. Que un juicio consista en demostrar la inexistencia de inocencia para declarar culpable es sólo una conquista más de nuestra sociedad frente al poder judicial, no una consecuencia de la lógica natural.
  27. La lógica no es justicia. En lógica, la carga de la prueba corresponde a quien pretende demostrar algo a otros, sea lo que sea.
  28. Nuestra cultura prima lo virtual sobre lo real. La demostración es que la ausencia de  pruebas de culpabilidad puede hacer que un culpable en el mundo real sea declarado oficialmente inocente y salga libre de pena. Tal inocencia será sólo oficial pero no real; es decir, será virtual. En cambio, la lógica es recta y neutral: no presume culpabilidad, pero tampoco inocencia.
  29. No se puede asumir como lógico nada que no se pueda probar mediante la lógica. Sólo se puede asumir como dogma o materia de fe. Quien tiene fe en Dios asume esto. ¿Cuántos ateos se atreven a asumir su fe en el Dios inexistente?
  30. Por ser Dios el estado puro de la Inocencia, si actuamos según la justicia en nuestra cultura debería ser oficialmente declarado existente sin que existan pruebas de su existencia.
  31. Al contrario de nuestro sistema judicial, Dios prima lo real sobre lo virtual. Ello es debido a que Dios no opina ni supone nada: lo sabe todo.
  32. La definición de Dios lo incluye como origen de todo. Como consecuencia, si hablamos de un dios al cual le aplicamos la característica de ser originado en algo, ya no estamos hablando de Dios, porque vamos en contra de la definición de lo que hablamos. Se trata de una paradoja de Russell.
  33. La definición de Dios incluye la combinación de todas las definiciones de Dios, las que conoces y las que no conoces; no sólo es el dios que te conviene negar a ti como ateo.
  34. Dios también es el dios que te interesaría reivindicar si se diera la circunstancia de que no te conviniera declararte ateo; pero aún así no se queda tan corto, local y pequeñito.
  35. Si un dios no es tan grande que desaloja la posibilidad de que exista otro como él en el universo y fuera del universo, es un dios sin capacidad para ser Dios. Por tanto, no es Dios. Luego, Dios es único.
  36. Nuestra imperfección es resultado de que si fuéramos perfectos seríamos Dios, pero como Dios es tan grande no hay espacio en el Universo ni fuera de él para más de Uno.
  37. Si Dios fuera evidente, Su grandeza nos desbordaría de tal modo que el terror infundido en nosotros por la posibilidad de hacer algo que fuera en contra de Sus principios nos impediría por completo obrar libremente.
  38. Estamos hechos para ser libres. No obrar libremente por temor a Dios sería un efecto de lo que es Dios y de lo que somos nosotros, lo cual infringiría la finalidad para la cual estamos hechos.
  39. Quien no obra libremente debe ser consolado. Quien merece ser consolado es porque no es justo que obtenga premio pero tampoco el castigo de no recibirlo.
  40. El Mal es sólo ausencia de Bien. El castigo de Dios es no recibir Su premio. Y, una vez que ya conocemos el premio de Dios, este castigo es horrible... y eterno como el mismo Dios. No puede ser de otra forma: así de grande es Dios.
  41. El castigo de Dios somos nosotros quienes lo sentimos, no Él quien nos lo impone. Por esto, la interpretación de un mal como castigo de Dios es personal.
  42. Cuando alguien interpreta un mal sufrido como castigo de Dios, mejor es callarse antes de contradecirle o de darle la razón. El castigo de Dios es lo que cada uno siente como tal.
  43. Sólo cuando no hay vuelta atrás, nuestra falta de libertad nos impide no interpretar el resultado de nuestro error como castigo de Dios. Pero como no hay retroceso, ya es tarde para corregirse y ese sentimiento perdura eternamente. Eso es el infierno.
  44. Mientras aún podemos arrepentirnos y corregirnos porque no conocemos cara a cara a Dios, la mejor manera de asumir lo que interpretamos como castigo de Dios es recibiéndolo como una expiación y pidiendo perdón.
  45. Dios es tan grande que tener testimonio personal directo de su existencia y principios y no saberse perdonado por Él, es en lo que consiste el infierno.
  46. Saber que el conocimiento de haber podido recibir como premio el perdón de Dios pero no recibirlo sea el infierno, da una ligera idea de lo que puede ser Dios.
  47. La falta de libertad provocada por el conocimiento directo de algo tan inmenso como es Dios, sería tan grande que no cabría en nuestra mente ni siquiera pedirle perdón por un error involuntario.
  48. Un error involuntario no se escoge. Luego, los errores involuntarios no son cometidos libremente. Luego, nuestra falta de libertad consiste en nuestra capacidad para cometer errores involuntarios. Luego, nuestra falta de libertad se queda reducida a nuestras obras involuntarias.
  49. Sólo lo que hacemos voluntariamente es obra del ejercicio de nuestra libertad.
  50. Nuestra imperfección no nos permite la libertad de no cometer errores involuntarios. Sufrir la grandeza de sufrimiento del infierno no habiendo sido libre para escogerlo, sería injusto desde un punto de vista a su medida, el de la grandeza divina. Que Dios no se nos revele completamente es, pues, el ejercicio de Su justicia.
  51. Nuestra imperfección convierte los errores involuntarios en algo posible y esencial a nosotros. Por tanto, la inconsciencia de toda la inmensidad que el concepto de Dios supone es necesaria para protegernos de los efectos de nuestra propia imperfección.
  52. El ejercicio de la justicia de Dios se debe a nuestra imperfección.
  53. Nuestra imperfección nos impide recibir de Dios todo el conocimiento de Él que cabe en nosotros. De modo que nos impide ser conscientes de Su grandeza. Por tanto, nuestra imperfección es el origen de nuestra libertad.
  54. Con todos los errores que cometemos en la tierra, ésta no es el infierno porque en ella no somos conscientes de la grandeza de Dios. La prueba más clara de esta inconsciencia es que muchos se permiten incluso dudar de Su existencia.
  55. Como la fe es algo personal, según mi experiencia de fe sólo hay una persona que si no es Dios merezca serlo, y éste es Jesucristo. Luego, yo personalmente proclamo y reivindico a Jesucristo como Dios.
  56. Dios lo sabe todo. Luego, Jesucristo lo sabe todo. Si Dios no existiera, Jesucristo sería el primero en saberlo. De modo que si realmente no hubiera Dios, Jesucristo sería ateo. Jesucristo no era ateo; luego, Dios existe.
  57. Hay religiones en las que se es súbdito de Dios. Hay religiones en las que se es hijo de Dios. Juzgue usted la diferencia y escoja.
  58. Dios creó la naturaleza con unas leyes para que sepamos a qué atenernos. Si no supiéramos a qué atenernos no seríamos libres para escoger unos efectos u otros. Por eso no es habitual que Dios rompa las leyes de la Naturaleza: más bien prefiere valerse de ellas.
  59. Para estar siempre rompiéndolas, Dios no habría puesto leyes en la Naturaleza. Si quieres tener todas las garantías de no sufrir el castigo, apréndete bien todas las leyes naturales que puedas y síguelas.
  60. No existe en el mundo una sola persona que se declare atea arguyendo para ello una razón diferente a que Dios sea un invento humano. Si es que de verdad existe el ateo, hasta los ateos entienden que, si Dios no existiera, los humanos tendríamos que inventarlo. Así, incluso ellos reconocen que la existencia de Dios es lógica y necesaria, dejando patente una vez más la contradicción de su fe atea.
  61. Si hay que hacer índices de libros prohibidos atendiendo a los actos contra la voluntad de Dios descritos en ellos, el Evangelio debería ser el primer libro prohibido. Porque cuenta el pecado más grande que el hombre pueda cometer: el asesinato del propio Dios.

No comments:

Post a Comment